La relevancia de López Ferreiro, como historiador y escritor en gallego, es reconocida con justicia en la sociedad. Así, ha sido el homenajeado del Día de las Letras Gallegas de 1978 y, hoy en día, ocupa un espacio significativo en los libros de texto gallegos de escolares y bachilleres. Se le reconoce además como el principal investigador español del siglo XIX en materia jacobea; destacando su estudio de la Iglesia Compostelana y el Códice Calixtino.
Lo que tristemente es menos conocido e incluso muchas veces dejado de lado intencionadamente, son las profundas convicciones tradicionalistas de López Ferreiro y su abierta filiación carlista. El propio Torrente Ballester, que pocas simpatías ha demostrado tener por la Tradición, llegó a decir sobre el personaje: «Cuando se le estudia y se le juzga, se suele olvidar, bien olvidado, que profesó de reaccionario, que sostuvo doctrinas hoy inadmisibles. Resulta difícil explicárselo». Pese a ese particular odio al carlismo, Torrente Ballester, no puede menos que reconocer la importancia del pensamiento tradicional en la figura de López Ferreiro. Así mismo, en 1872, año de inicio de la Tercera Guerra (acerca de la que ya se ha escrito en referencia a la participación de un número significativo de gallegos en la misma), dirigió el periódico carlista La Emancipación, encuadrado en el contexto de los círculos intelectuales carlistas compostelanos de finales del siglo XIX. López Ferreiro es una muestra más de la impregnación del carlismo en Galicia, y uno de los grandes hombres de la cultura gallega que, al igual que muchos otros, abrazó la Santa Causa.